Semana 16-17 y Crónica Maratón

Últimamente me ha dado por pensar en la felicidad más que antes. No tienes la obligación de ser la misma persona que eras hace 5 minutos. Como toda historia, esta también va llegando a su fin. Un viaje lleno de altos y de bajos, que no serán menos en las 2 semanas restantes hasta el día D, 1 de diciembre de 2024. En este caso, pasaré a un formato más extenso, donde desgranaré las semanas de tapering previas a la carrera, cómo lo afronto, física y mentalmente y los entresijos que todo conlleva. Es la obsesión por la documentación, prepararse, nunca salirse del personaje hasta que no termina el trabajo. Es la obsesión, la maceración, el dolor; envidiando la condición infantil, como la de un niño jugando al juego mas hermoso del mundo. Pero por más que lo intento, tiendo a trabajar como el primer caso. Para lo bueno, para lo malo. Creyendo que has madurado, pero sin ser capaz de solucionar muchos problemas de mi vida.

Esta entrega de capítulos ha sido una inmersión en mi proceso, personal más que atlético. Toda literatura es, por lo menos en parte, un acto de investigación de lo desconocido. Es lo que busco. En cierta medida un viaje a territorios que el autor ignora. A sí mismo. Que ignoro y en los cuales me quiero zambullir. La vida adulta consiste en darnos cuenta cada vez más de lo poco que sabemos de los otros, de nosotros, y del misterio que hay en toda vida. La vida adulta es aceptar que no tenemos tiempo de entenderlo todo. La vida entera, donde entera significa, además de la visible y pública, también la oculta, la secreta, la invisible. Esta es la mejor literatura. Un comportamiento tóxico que, bien iluminado es bonito. Quererse mal, desde un motor que no es el amor. Desde la necesidad de la manipulación, de tus miedos, inseguridades y expectativas. 

La vida es un gradual proceso de renuncia, con los aprendizajes de la experiencia se pueden dar consejos, el joven tiene que errar por sí mismo para darse cuenta de que el viejo tenía razón.

Si se mira bien, en todas las vidas hay momentos en los que todo cambia y el argumento se vuelve imprevisible. En ocasiones, la acción normal se agota y se necesita un cambio. Tras haber alcanzado una estabilidad, sea positiva o no, se necesita agitar el mundo cotidiano para volver a sentirnos vivos. Por definición, las decisiones cruciales son aquellas que marcan un antes y un después, es decir, que transforman nuestro día a día de forma relevante. Y, cuando no nos obligan las circunstancias, sabremos que nuestro argumento necesita un giro si nos sentimos mortalmente aburridos, o hemos descubierto una pasión por lo que merece la pena apostarlo todo. Pensadlo, pensadlo profundamente, la vida; teniendo en cuenta que es finita, siempre merece la pena. La vida ha de ser un "all in". Nada está escrito. 

La búsqueda de los orígenes, de las raíces de procesos, lugares y personas ha sido para mí una algo constante, la búsqueda de lo real. Al principio, sin tener plena conciencia de lo que intentaba, he hurgado en diversas historias, en diversas gentes, en diversos "yo"s. El camino hacia la salvación en medio de un naufragio como el que estamos viviendo en mi isla. Saber de donde venimos no cambiará mucho el presente, nada del pasado, pero nos completará como lo que somos: seres creados por la Historia, y a veces, vapuleados por ella. Pero al fin y al cabo, ¿para qué me serviría llegar a tener esa información que no me reportaría un beneficio concreto y ni siquiera cambiaría nada en mis sentidos de identidad y pertenencia? Creo que solo se trata de una necesidad relacionada con la obsesión; y porque es mejor saber que ignorar. Saberse a uno mismo, aun siendo consciente que siempre se es ignorante en este proceso. Quizá sea esta la razón sin rostro, la responsable de que hoy yo esté escribiendo esta crónica, tan idílica y personal, tal vez tan poco útil; pero que va forjando una identidad en la que nos reconocemos únicos y a la vez universales.

De esta forma, la semana 16 de entrenamiento es ya el final del túnel, pero es la zona más compleja. Es el último kilómetro de una carrera, donde sientes una mezcla de emoción, placer y sensación de plenitud. Pero a la vez miedo, y un profundo dolor y sufrimiento. Sabes lo que has hecho, lo que no has hecho, lo que has hecho bien y en lo que has errado. Nadie lo sabe más que tú. Quedan unos pocos detalles por pulir, y sobre todo se abre una ventana hacia muchos errores. Muchas inseguridades. En relación al trabajo importante de maratón, tienes que saber que ya está hecho, y sobre todo tienes que confiar. Ser consciente de que en los siguientes 10 días lo principal es que el cuerpo acepte y asimile todo lo que ha ido construyendo. Los ladrillos están puestos, pero nunca se sabe si un terremoto puede azotar. Ya me ocurrió la pasada vez, y esa inseguridad me corroía cada día. Nada tenía por qué salir mal, pero la posibilidad está ahí. En cuando a entrenamientos, como decía, nada del otro mundo, mucha Z1 para recuperar; pero también bastante trabajo de fuerza; conociendo cómo el cuerpo me responde a la bajada de volumen, no me gusta hacer un bajón excesivo. Ante cualquier situación de estrés, personalmente el cuerpo me pide un continuum mínimo de estrés, una dosis mínima efectiva que me mantenga alerta. Siempre que busco un descanso total, acaba conmigo; física, fisiológica, anímica y mentalmente. Por eso, mantener una cierta regularidad esta semana también iba a ser clave. El miércoles tocaba una sesión viva, unos cuántos miles y quinientos a ritmo superior al maratón; buscando esa punta de velocidad. 18km en 1:07, con buenas sensaciones pero sin llegar a la velocidad estipulada en los quinientos. El viernes tocarían cuestas, 10x100m; y el domingo el último long run. Este ya no fue nada del otro mundo, la verdad que fue un entrenamiento fácil, 90' a 3:55'/km. Algo progresivos, un kilómetro a ritmo maratón y vuelta a casa, 23km en total; y sin molestias. Terminaba otra semana más, con algo más de confianza, pero con la incertidumbre. Esa no nos abandona(rá).

Números totales de la semana 16, primera del tapering:

  • 127km de carrera a pie
  • 3:30h de gimnasio
  • 50km de bici en Z1
Y así, la semana final llegó.
Lunes, suena la alarma pronto; todo está oscuro. Mi mente en parte también, pero una luz brilla en cada pensamiento. Toca ponerse el traje de baile, y disfrutar de la ceremonia. La semana, para muchos puede que sea excesiva en cuanto a entrenamientos, pero si algo tengo claro, y estoy convencido de ello; es que una línea base de actividad física, un mínimo diario; hace que todo a mi alrededor cobre sentido, y que todo se mantenga tal y donde está, tal y como debe estar. Esta última semana, comparto los entrenamiento día a día:
  1. Lunes: 45' de elíptica en Z1 por la mañana y 50' de trabajo de CORE, algo de miembro superior y miembro inferior.
  2. Martes: 75' de carrera a pie muy suave, 17km.
  3. Miércoles: la sesión viva, 5x3' entorno a 3:20'/km seguido por 5km a ritmo maratón. 16km en total a 3:42'/km. Por la tarde, igual que el lunes, 1h de CORE, miembro superior y algo de fuerza.
  4. Jueves: 1h de elíptica en Z1
  5. Viernes: viaje, 6h de autobús. El resto del día, caminar. Aproveché todo lo posible por moverme a pie. 25000 pasos este día. 
  6. Sábado: activación, 40' a primera hora de la mañana por la zona de la maratón, rodeado de atletas profesionales. No tuvo precio. 9,5km con muy buenas sensaciones. El resto del día, bicicleta para ir a por el dorsal, y mucho tiempo de pie. 25km en bicicleta y 35000 pasos en total.
  7. Domingo: día de carrera. Esto os lo cuento enseguida ;)
Desde que llegué a Valencia, calculé la distancia entre la estación de autobús y el apartamento: 7km. El viernes llevaba poca actividad, mas que 2km al autobús y algún otro que pude caminar en el descanso de 45´para comer. Así, aproveche el trayecto al apartamento para ver Valencia, e ir situándome. El ambiente corredor se sentía en el aire, y desde que entré en los Jardines del Turia, mi mente entró en un túnel, no estaba nervioso; pero realmente enfocado. Tras llegar al apartamento, dejé la maleta y salí a hacer la compra. 5km hasta el Mercadona, y aproveché para ver parte de la zona de salida y meta, ubicarme e ir imaginando cómo organizarme para el domingo. De esta manera, cenar pronto y a las 20:30 en la cama. Si algo tengo que destacar, es que por mucho que anduviera, tanto el viernes como el sábado, a las 20:30, estaba cenado y tumbado en la cama. Tranquilidad y foco.
El sábado a las 8am salí a activar, y tras la ducha y desayuno; a por la bicicleta de alquiler. Hice la compra para la comida y con la bicicleta a por el dorsal y la feria del corredor. Decidí comer allí, pronto, y así poder cenar pronto también. A eso de las 18:30 entregué la bicicleta, por lo que tenía 5km hasta el apartamento. Cené, me duché y deje todo listo para el domingo.

Llegó el día. Al fin. 4:45 am del 1 de diciembre del 2024, suena la alarma. He descansado muy bien, y me despierto con ganas. Un buen trago de agua a la botella de agua, tortitas de arroz, 1 plátano y 4 dátiles; un poco de queso fresco desnatado. Vuelvo a meterme a la cama. 6:30am suena la alarma por segunda vez. Salgo de la cama, 2 cafés, ducha rápida y visita al baño. Todo en su sitio. 7am salgo de casa. El apartamento estaba a unos 600m de la salida. Salgo trotando y empiezo el calentamiento. En total, 36'; 8km. 7:45am y yo ya había acabado mi calentamiento. Como los que me conoces sabéis, me gusta calentar mucho; pero este día dudé de si me había pasado. Pero ya estaba hecho, no había vuelta atrás. Así, me acerco a la zona de salida, pasas por el baño express... te ubicas en el pelotón... y 8:15. Disparo de salida.

La idea principal era seguir a la liebre no oficial de 2:30h, hasta el km35, y ahí poder apretar. Me coloqué detrás, el pelotón de corredores era enorme hasta el km2 aproximadamente, luego el espacio para correr se hizo más cómodo. Quité el "autolap" del reloj, no quería distracciones ni falsas esperanzas. A cada paso de 5km marcaría una vuelta manual, esperando que marcara cerca de 17:33. 
Pasamos los primeros 5km, la sensación era muy buena, y el crono decía lo mismo. Pero, en este momento piensas que todavía quedan 37km, son muchos kilómetros, y ese pensamiento atormenta. Pero no podía pensar en eso, si no que sólo pensaba en el siguiente paso de vuelta, 5km. Pasamos el km10, todo perfecto 17:31. Ya con el primer gel de 55g de hidratos tomado, y el softflask con 50g de hidratos ya bajando; las sensaciones eran buenas. Km15 17:31. El reloj va bien, la cabeza también y llegamos a casi la media maratón. Al fin llega, la idea era 1:14h. Paro el reloj en 1:13:57. Todo fluye. Me encuentro bien. Sigo comiendo, segundo gel en el km 17 y al paso de la media maratón me acabo los 500ml. Llegamos al 25, 17:33. La cosa pinta bien, pero aún quedan 17km. Este tramo de carrera es el más duro. En el km 27 tomé un gel con cafeína y 55g de hidratos. En el km28 dudé, hacía mucho que había dejado atrás a la liebre, y dudé de si la decisión habría sido muy arriesgada. Mis ritmos de paso eran para 2:28, pero ¿lo conseguiría, o fui demasiado lejos al inicio? Llegando al km30, vuelta de 5km en 17:36. Se me escapan unos segundos y pienso en el declive. Las piernas van muy bien, pero la cabeza no está por la labor. Pasado el km32, todo vuelve a su ser. Quedan 10km, la cuenta empieza a ser regresiva. La motivación incrementa, las fuerzas no decaen y piensa que cada kilómetro ahora ha de ser más rápido que el anterior. Empiezo a creérmelo de verdad, otro gel en el km34 y entro en el último túnel, marco la vuelta más rápida al paso del km40, 17:20. Llego al km40 entero, contento y sabiéndome en meta, 2:21 al paso por el punto kilométrico. Seguro de que estaba en tiempo, decido relajarme los últimos 2kms y disfrutar de la entrada a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, a disfrutar del público, y a saborear todo lo que os he ido contando por aquí estos últimos meses. Me acordé mucho de vosotros, de qué os escribiría...Últimos 2km en 7:42, pisando la alfombra azul y cruzando la línea de llegada en 2:27:53. 

La carrera, la maratón, el objetivo,... todo es, ha sido y será en función de nosotros un lastre, pero a la vez un catalizador. Nos ilumina pero también nos oscurece, nos hace brillar, pero también nos quita la luz. Unos y otros se duchan con agua y jabón para quitarse de encima la suciedad y el sudor del cuerpo. "De niños qué sucios íbamos y que limpios éramos". Con la edad sucede lo contrario: Aunque nos lavamos todos los días por fuera, nos sentimos muy sucios por dentro, debido a que tal como vienen los naipes uno se ve obligado a respirar su propia podrida atmosfera, y por ello la única solución es aprender a ducharse por dentro.

"Detrás de esa puerta se encuentra el bosque del mundo. todas las montañas y los ríos. Todos los cielos. Todas las ciudades. Detrás de esa puerta hay un corazón y un antifaz. Una muñeca que sonríe. Y un sol que brilla en medio del universo. Es como entrar en una pantalla de ordenador, en la página de un libro reluciente, en la blancura de la nieve.

Cierra los ojos.

Sólo creen los que quieren creer

La puerta es invisible"

Comentarios

  1. No cabe duda que la visita al baño fue la clave del exito

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    1. tuvo gran parte de relevancia ese dia,
      estoy convencido sí jajajaja

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