Y después del maratón, ¿qué?
La insatisfacción es uno de los rasgos distintivos de lo que somos. Un poco de insatisfacción excita y aviva el ánimo, una disputa; pero su exceso es una patología muy destructiva. "Para la mayoría de nosotros, la verdadera vida es la que no vivimos", según Oscar Wilde. Y qué horror llegar hasta ese punto, qué pena desperdiciar la vida, esta vida nuestra, breve y única; en obsesionarnos con lo que no tenemos en vez de apreciar y disfrutar lo que poseemos. Podemos decir que somos unos analfabetos en frustración.
Con este pequeño párrafo podría describir parte de este mes después de la maratón, que ahora analizaremos más a fondo a nivel de entrenamientos etc. Tras 2:27:53, es cierto que uno está contento y satisfecho con el trabajo depositado en las calles de Valencia. Pero cuanto más pasa el tiempo, más te das cuenta de lo insignificante que supone. De lo pequeño que es, y de lo pequeño que eres. Ni mucho menos me siento frustrado por la actuación, de la cual estoy contento y espero ver mejora en la misma; pero sí estoy frustrado conmigo mismo. Con mi analfabetismo hacia mi persona. En la frustración la derrota no es visible si no íntima y privada, de modo que quizá nadie sepa, más que tú, que ese ácido está corriendo por tus venas y envenenándote.
La vida es dura, y que para guiarse en ella lo fundamental es aquello tan viejo del "conócete a ti mismo". Porque cada persona es un mundo y lo que funciona para unos para otros es un desastre. Correr es como la meditación. Un espacio para la meditación y la reflexión. Cuando compites o cuando entrenas, en mi caso más cuando compito, te concentras en tu cuerpo y en tu mente. Corriendo aprendes que con el entrenamiento mejoras. Si aplicas esa idea a tu oficio, indudablemente ayuda. Correr también me ha permitido desarrollar confianza y tomar conciencia de mí mismo; pero a la vez que me ha generado dudas. Lo bueno de este deporte es que tú eres tu propio rival. Escoge algo en lo que creas, haz lo posible por dominar el tema, trabaja duro para aportar tu visión y sé buena persona con todo el mundo. Escógete a ti mismo, domínate. Que no se nos olvide.
El optimismo es un error, y la esperanza también: cuanto más esperanza acumulas más desdichado eres, porque más decepciones te llevas, y a la inversa. El secreto de la vida podría residir en no esperar nada de nada ni de nadie. Pero, ¿se puede actuar de forma correcta sin esperanza? La esperanza aspira a cambiar las cosas y si sucumbimos a la tentación del pesimismo, el mundo tal y como lo conocemos está perdido. Y nosotros con él, nuestra persona con todo ello. El pesimismo puede hacernos más felices, pero nos condena a vivir en un mundo peor; el optimismo puede hacernos más infelices, pero nos brinda la posibilidad de vivir en un mundo mejor, o como mínimo nos permite luchar por él. Pienso (querría pensar y actuar en base a ello), en cualquier circunstancia, en la hipótesis peor, para poder así movilizar la voluntad y ser capaz de sobrepasar el obstáculo. En otros círculos hablan de suerte, y no soy yo muy amigo de la misma. Esa suerte consiste a mi parecer, en no esperar nada, o en esperar lo peor, mientras se pelea para conseguir lo mejor.
Y bueno, entonces tras estas cábalas mentales a lo largo de este mes de diciembre en qué se ha resumido deportivamente hablando?
Por suerte, tras la maratón no tuve una gran sensación de agujetas o dolor muscular. Tras el varapalo al entrar en meta y los primeros 30' con las piernas que parecían cartón, a las 48h prácticamente las piernas no "dolían" pero mantuve las sesiones de entrenamiento en la elíptica para quitar impacto y que la musculatura fuera poco a poco recuperándose. Lo que más puedo decir que noté, fue una sensación de sueño, y fatiga mental los 4 días siguientes a la maratón. No sé si se debía a quitarme un peso de encima, o a haber tranquilizado al cuerpo. En relación a esto, no quise parar en exceso físicamente porque el organismo iba a claudicar y podría bajar las defensas poniéndome enfermo por ejemplo. Y no es por nada, pero prefería mantenerlo alejado.
Diciembre es un mes especial, creo que posiblemente sea el mes de año que más me gusta. Las carreras de navidad de los pueblo son superiores a mí. El correr sin ningún tipo de presión, sea lo que sea es bueno, y coincidir con gente que no coincides en el resto de año. Los pueblos volcados con las carreras. Como corredor, me encanta.
Así, el día 8 de diciembre corrí en Tafalla una carrera "popular" de 8km; y digo "popular" porque así se denomina, pero que bien podría tener otra categoría, ya me entendéis. El día 19 de diciembre corrí en Elorrio "Santxibiri", que en el pueblo de uno hay que dar el callo (5,5km). Y el 31 de diciembre hice lo propio en la San Silvestre de Beasain, 9,8km. Así tras despedir el 2024, he podido dar la bienvenida al 2025 con el Cross de Reyes de Larraga, 7,4km. Pero además de carreras, he podido hacer tiradas largas a ritmos cómodos entorno a 4'/km de 27km y 31km. Cabe destacar, que como buen aficionado al entrenamiento de fuerza que soy, he mantenido 1-2 sesiones por semana durante todo el mes, y espero seguir haciéndolo durante este 2025.
En resumen las semanas postmaratón han quedado así:
- 2-8 diciembre: 70km carrera a pie//2h gimnasio
- 9-15 diciembre: 100km carrera a pie//2:30h gimnasio
- 16-22 diciembre: 106km carrera a pie//4:30h gimnasio
- 23-29 diciembre: 132km carrera a pie (+1500m) // 4h gimnasio
- 30 dic.-05 enero: 139km carrera a pie (+1800m) // 30km bici Z1 // 2:45h gimnasio
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