¿Por qué correr?

Allá por 2018 cuando estudiaba en la biblioteca de la universidad para un examen de bioquímica, recuerdo con claridad el primer día en el que decidí dar el paso de salir a correr a la calle. Para mí no era runner, jogger, ni ninguna otra etiqueta, yo salí a correr porque la cinta del gimnasio en la que intentaba no asfixiarme se rompió. Yo no me consideraba corredor, si no más bien alguien que empezaba a trastear en el mundillo del ejercicio, ya que hasta la fecha mi contacto con el sudor y las altas pulsaciones había sido más bien sentado en una silla para hacer un examen.

Comencé corriendo alrededor de San Lorenzo del Escorial, lo que para quien lo conozca, ya sabe que algo mágico tiene, y eso en parte me encandiló. Nada nuevo, el olor a campo, la naturaleza y el aire en la cara que todo corredor dice amar. Uno más.

Y así seguí varios meses, corriendo lo que a la postre cuando compré un reloj deportivo, Garmin Forerunner 235 y descubrí Strava, me di cuenta den que el circuito constituía unos 8-9km con 200m de desnivel positivo. Cada día me encontraba mejor, y bien recuerdo que en un buen día rondaba los 42 minutos, y en uno no tan bueno los 48. Las Saucony Xodus fueron mis primeras compañeras de baile. Pero la competición no entraba en mis planes, todavía.

Fue en 2019 cuando me inscribí a mi primera carrera, La Montaña Solidaria, 20km +1000m; por el patio de casa que era San Lorenzo del Escorial. Me puse a leer revistas, papers, libros,  hacer cursos, ver videos sobre cómo preparar una carrera de esa índole, ya que hasta entonces solo sabía que para cualquier esfuerzo físico había que cenar macarrones como los ciclistas. Sin quererlo, ese mismo verano en Suiza trabajando en una tienda de bicicletas y "mejorando" mi mínimo francés, el estilo de vida que allí vivían me hizo un clic. Sin ni siquiera conocerla, empecé a desayunar avena, entrenar en bicicleta para compaginar la carrera,... y mis tiempos fueron mejorando. Aun siendo muy populares, pero las sensaciones era cada vez mejores, por lo que parecía que todo aquello que decían quienes saben de esto funcionaba de verdad. Por sorpresa, se celebraba una carrera popular en un pueblo cercano, carrera que parece que tenía nivel, y así, sin pensarlo mucho, me inscribí. Unos 10km, 5 de bajada y 5 de subida con 250m+, que corrí con una camiseta de algodón y un bidón de bicicleta firmado por Christoph Sausser en 46:11 con aquellas Xodus que me servían para todo.

 Y así comenzó el periplo de las competiciones, el gusanillo me devoró por completo; y con él sigo como si de la solitaria se tratase, por más que le demos, más nos pide.

Han sido muchas las competiciones desde entonces, pero aquella inocencia con la que en esa época corría no se si la he vuelto ha tener. Ponernos un dorsal actualmente es más un reto personal, un lucha interna que un disfrute muchas veces. Es lo que más miedo y pena me da; pero que a su vez me ha enseñado muchas cosas para la vida real. Pero tanto me ha dado, como tanto me ha quitado, a veces pienso para mis adentros.


Comentarios

  1. Más nos ha dado de lo que nos ha quitado.

    Ya tengo un blog más de lectura :)

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    1. Dar nos ha dado mucho, a veces demasiado pienso jaja. Espero que disfrutéis! gracias por comentar ;)

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