Road to Valencia-Semana 5

"Es desalentador: la peor historia se repite, como si el peso abrumador no sirviera para nada". Septiembre comienza y con él el periplo anual de la rutina. Personalmente disfruto de la estructura del día a día, de ese casi piloto automático en el que te sumerges y todo "fluye". Por lo menos parece haber menos cabida para los imprevistos, menos rumiaciones de uno mismo, ya que el resto de quehaceres realmente importantes van ganando la batalla. Ningún problema realmente desaparece, se solapan, y es ahí cuando piensas si es bueno o malo, si merece o no merece. Septiembre significa volver a la "normalidad". 

Leía una una entrevista a un guitarrista español cuya historia me cautivó. Citaré parte de la entrevista en la que narra sus sentimientos, su forma de ser y pensar, ya que me vi muy identificado con lo que comentaba. "Observé que hacía las cosas con alegría, aquello me removía" decía hablando de cuando comenzó a tocar; pero el símil nos sirve para el deporte y el afrontar retos. Siempre que algo se hace con alegría, con esa fuerza interna que te lleva, sabes que es el buen camino. Y así empezamos todos esta aventura, deseando vivir la vida y que sea esa fuerza la que nos empuje. Pero a veces, parece que la cuerda se corte, se destense y los esfuerzos para avanzar se magnifiquen. El aire en ocasiones viene de cara; pero, ¿y si somos nosotros quienes van en la dirección equivocada?

"Asumir el concepto de perfección conllevaba una presión, y eso me ponía nervioso; pero quise naturalizar el proceso". Y ahora decidme lectores, ¿a quién no le ha pasado esto? 

"Regresar a ese niño removido por sus sueños mediante la aceptación del error y entregárselo al público. Así compartes tu vulnerabilidad mientras buscas la excelencia: esa es para mi hoy la palabra clave. Nada de perfección, pero sí la persecución de un ideal constante dentro de la excelencia".

 Y gracias a vosotros, los que me leéis y apoyáis, aquí y fuera por ser parte de ese proceso. Con este método espero poder dar lo mejor de mi mismo, pero siempre dejando lugar al perdón. Por ello, os invito como en cada artículo a un viaje emocional.

Pues bien, en el aspecto deportivo septiembre no va a tener nada de normal tampoco, ya que este año enlazaré 3 fines de semana seguidos de competición, de los cuales cada uno tendrá su pequeña crónica en el blog. Comenzando por el 10k Fuentes de Ebro, como parte de la preparación a Valencia; seguido de dos carreras por montaña, Picos de la Demanda en Ezcaray y el KB de Beriain, campeonato del País Vasco de kilómetro vertical. Estas dos últimas carreras, las afrontaré sin una preparación específica para ello, y se encontrarán sumidas en semanas de lo que ya vienen a ser "grandes" volúmenes de trabajo a pie, kilómetros y kilómetros.

La quinta semana de esta preparación coincidía con el inicio del horario habitual de trabajo, lo que limitaba en parte las posibilidades de entrenar, pero sobre todo las del descanso. Como muchos sabréis, si entrenas por la mañana, y tras 10-12h de pie hay que volver a calzarse las zapatillas, además de que las ganas no siempre acompañan, parece que a uno le han puesto las piernas de otra persona. Por suerte, era esta una semana de carrera, por lo que el volumen se mantuvo comedido, pero en semana de competición el cuerpo te pide y te pide. Hay que saber decirle que no, que guarde. Pero no es fácil, admito que me cuesta mucho, competir me encanta, ese estado de flujo en el que te adentras y no hay nada más, sólo tú y tu respiración, un vacío de altas pulsaciones. No tiene precio. 

Pero para que eso suceda, todo lo que lo precede ha de haber ido bien, sin altibajos relevantes que perturben tu mente en el día D y la hora H. Saber controlar los impulsos es importante, crucial; pero difícil. Quiero insistir en que soy una persona que me encanta hacer las cosas bien, por lo menos lo mejor que pueda, pero que son muchos los impulsos que me impiden actuar como realmente quiero. Esa sensación de autosabotaje, no se si alguien la conoce, pero aunque a veces creo que es lo que realmente me hace seguir adelante; en ocasiones me gustaría imaginar a dónde podría llegar sin esa losa. 

"La belleza y la estética son un símbolo en nuestro contexto sociocultural. Un símbolo que representa valía, atractivo, deseabilidad, seguridad, definición, pertenencia... y si todas las personas tenemos una inclinación psicológica natural a desear esto. Es una forma de supervivencia y adaptación innegociable. Implica un salto cualitativo en la construcción de la identidad personal; atravesar un periodo de crisis para asimilar e integrar todos los cambios bruscos que ven a producir"

Y bueno, en esta semana, principalmente prevaleció el descanso, sesiones cortas y regenerativas, y una sesión más viva el miércoles por la mañana acumulando unos 10´ totales de ritmos vivos para un total de 17km en 1:08h. De esta manera, el sábado por la tarde cogí la furgoneta y me dispuse a ir a Fuentes de Ebro, que no estaba precisamente cerca, pero era el único lugar donde parecía haber un 10k homologado por la RFEA. Homologado sí, y yo supuse que sería llano por ello... pero entre el cierzo y el "llano" me hicieron sufrir bien el domingo. Llegué, paseé por el pueblo y dormí. La mañana del domingo, me desperté a las 5:15am, desayuné (tortitas de arroz con miel, queso fresco desnatado, un plátano y dos dátiles) y me volví a dormir hasta las 7:00. Ahí sí, me vestí mientras se hacía el café, solo y largo, muy largo. Coger el dorsal, pasar por el baño y calentar. A las 9:00am, tras 9km de calentamiento, cambiar zapatillas, Nike Vaporfly Next % 2 y pistoletazo de salida. Por suerte viento de culo hacia arriba y de cara el resto. Salimos y vi que nadie pasaba adelante, por lo que comencé primero. Primer km 3:15, subiendo; segundo km 3:05; tercero 3:07... liderando la carrera pero pensando que así no llegaría muy lejos. El viento sigue haciendo de las suyas y empiezo a marcar kilómetros a 3:15, ritmo objetivo. Del 6-8 creo que no llego, acabar el primer bucle y la subida del 5-6km me duele todo; pero en el km8 me recompongo y sin atisbo de ver al rival detrás sé que la carrera es mía. Eso no me importaba, el objetivo era bajar de 33´, y eso me hacía dudar. Sabía que estaba para ello, pero no si lo estaba en un circuito no llano. Finalmente encaro la última subida, miro el reloj de meta y 32:53, objetivo cumplido. Pero la duda persistía, ¿viento en contra y yo contra mí? Eso va lastrando al paso de cada kilómetro. 

El desenlace en este caso fue satisfactorio en lo deportivo y en lo humano ya que el pueblo estaba totalmente volcado y me acogieron como a uno más, muchas gracias chicos si leéis esto. Gracias. En lo personal, no conseguí ese estado de vacío mental. Muchas inseguridades, miedos y arrepentimientos rondando la cabeza. En carrera al final es cierto que casi no te acuerdas, pero por momentos aparecen ante ti, a 180ppm destellos de recuerdos, pesadillas que frenan más que el aire de cara. Como he comentado en otros artículos previos, sigo queriendo deshacerme de ellos, de esos demonios. Y lo seguiré intentando hasta el día que lo haga. Espero que sea más pronto que tarde.

Resumiendo en números esta semana:

  • 90km de carrera a pi (+800m)
  • 150km de bicicleta (+1500m)
  • 2h de gimnasio

Muchas gracias a todos una vez más por estar ahí y apoyarme.

Hoy quiero acabar este texto con un extracto de "El Cultural" de la semana pasada titulado "Derrumbe":

"Entenderme

no hay aquí una teoría

de nada

solo

tierra en movimiento

ríos desviados de su cauce

barro amasado antes de nacer

piedra suelta

un cuerpo

derrumbe

somos"

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