Road to Valencia-Semana 9
Aristóteles decía que las tragedias sirven de catarsis para purificar las pasiones.
Tal vez el rasgo mas distintivo de nuestra época sea el abandono de la razón y la exaltación de las emociones. Se ha impuesto la idea de que toda decisión moral no es un juicio de la razón práctica, sino la expresión de lo que los sentimientos de cada uno consideran correctos en cada momento. La verdad de las cosas nada tiene que ver con lo que sintamos, nada tiene que ver con nuestra "experiencia personal". De esta manera, en la vida, en la experiencia, si has aprendido las lecciones, es mucho mejor. Mucho mejor. Para empezar, todo parece doler menos, porque aprendes lo que cada uno puede y no pude dar. No le puedes pedir peras al olmo.
Siempre me ha producido desazón el trabajo realizado con desgana en el sentido de la falta de aplicación, el ajeno y el propio. Cualquier trabajo. He procurado que esa desgana no me atrape; pero no siempre lo he conseguido. Es esa desagradable sensación de malestar ante el trabajo llevado a cabo con mal disimulada vagancia, chapucería por simple dejadez. Una especial manera de dejadez es el afán de mediocridad, el refugio voluntario y consciente bajo su apañada y cómoda techumbre. La mediocridad va mas allá de la dejadez. Lo grave es pretenderla para instalarse en ella, pudiendo saber por medio de una ligera introspección, que se evita igual que meter la mano en el fuego. Perturbar la mediocridad, cuando impera y es la costumbre establecida, puede salir caro. Es lo que muchas veces a modo personal siento, sin querer serlo, verme arrastrado a este pozo, a un hoyo donde yo mismo me adentro aún sabiendo, meter la mano en el fuego como si de masoquismo se tratase.
Posiblemente, se da por una falta de conocimiento autentico de uno mismo, porque la autocrítica no es tan profunda y no te atreves al desasosiego de una exploración más allá de los límites manejables y conocidos. Uno piensa sobre sí mismo, pero siempre desde su propio prisma, la reflexión queda secuestrada dentro de su propio círculo, siendo ciego a lo que se ve desde más allá. Que uno puede tener olfato para detectar la mediocridad en los demás y al mismo tiempo no darse cuenta de que en realidad tú también eres un mediocre, que el listón que crees que te has puesto alto, es bajo, para lo que de verdad podrías hacer, y no pasas por tanto por tu particular medianía. ¿Acaso no os pasa? A mí constantemente, tanto en la vida, en lo importante, como en el deporte. Siempre crees que tienes un extra, que si lo haces de una manera, ¿por qué no de otra? ¿por qué una decisión y no la opuesta?
En estas semanas, ya se va volviendo al cauce post veraniego. Atrás queda la resaca post vacacional, y metidos de lleno en la borrasca del día a día, la toma de decisiones se tambalea, la decisión adecuada puede no serlo en función de estados de ánimo, en función de factores externos que perturban "tu idea". Idea que puede ser adecuada y realista, o no. Pero no quieres verlo.
En cuanto a los entrenamientos, ya pasado el ecuador de la preparación y como comentaba en el artículo anterior, por el momento todo va sobre ruedas, y eso ayuda con la toma de decisiones y la confianza. Pero a su vez, se acercan los primeros "desafíos" u objetivos, el 10k en la semana 10 de preparación, las semanas de mayor volumen se ven a la vista, y el test de la media maratón. Claro, siempre he creído que rindo bien con presión, es más, diría que necesito una presión en mi día a día. Notar que algo de empuja, que algo está ahí constantemente haciendo presión, como si de la fuerza tectónica se tratase. Y es que al final, podemos resumirnos muy bien con ese símil. Las fuerzas de presión tectónica adecuadas, en el momento oportuno, generan del carbono un diamante; pero esas mismas fuerzas en otras circunstancias, generan del carbono, carbón. Gestionar esta presión es clave, gestionar la auto presión es clave. Gestionar la toma de decisión es clave. La gestión no es fácil.
Así, lo mejor de ir es volver. Las cosas son reversibles. Lo mejor de saberse mortal es divertirse. La toma de decisiones se hace crucial en el este punto. Si decides mediocre, será fácil, pero no tendrás más. La diversión interna, la felicidad, la euforia de una buena decisión. De un razonamiento crítico contigo mismo. La palabra "rutina", proviene de "ruta", que significa camino. Cómo me gusta este significado. Cada uno va generando su ruta. Nuestra rutina es la suma de nuestras decisiones y consiguientes acciones, por lo que la rutina es el resultado de nuestra capacidad de razonamiento, es nuestra proyección interna al mundo exterior. Al escribir a veces se parte de ideas que provocan emociones, y otras del desafiante empeño de explicar y poner palabras a ciertas emociones impactantes que se han experimentado. Es lo que busco con este proyecto, poner las marcas del "GR", balizar mi propia ruta, mi propia rutina. Este es el terreno de la ficción. Escribir es reconocernos en lo desconocido, invocar voces ajenas y propias, trabajar con lo que existe y lo que no.
El cuento y la verdad parecen polos opuestos. Condiciones dispuestas una frente a la otra, incluso una contra la otra, condenadas a competir por nuestro aprecio. "Tenemos arte para no morir de verdad" decía Nietzsche, nos contamos historias para poder vivir. Nos contamos nuestra propia historia, sea un cuento o sea una verdad, pero nos la creemos, o por lo menos la queremos creer. Queremos creernos a nosotros mismos. El cuento aparece como escondite o huida de los paisajes insulsos de la realidad.
Hemos perdido la capacidad de imaginar un futuro, una utopía, un mañana proyectado que dé sentido a nuestras luchas presentes, Nos hemos quedado sin un "continuará..." para nuestro cuento. Concluyo con que tenemos que soñar, sí, pero con los pies en la tierra. Tenemos que seguir nuestra ruta, ya que son los pequeños pasos firmes que damos los que nos permitirán alcanzar la utopía. Es aquí, en lo otro, en aquello que no somos (pero que podríamos ser), donde cuento y verdad se funden en un propósito común. Dar sentido al mundo más allá de lo conocido. Crear realidad, crear presente a través del potencial de lo que podría ser, y no a través de la certeza de lo que ya es. Urge una oda al cuento como ejercicio de transformación.
En este artículo, os hablaré de los datos de la semana al final del texto, ya que creo adecuado leer toda la reflexión e ir conectando con cada uno de vosotros, con cada una de vuestras situaciones y llegar a la parte objetiva del texto con la propia autocrítica ya realizada.
Semana 9, en números:
- 158km carrera a pie (+600m) (23km en elíptica)
- 2h45' de gimnasio y CORE
- 45km de bicicleta +800m
Víctor tenía pendiente pasarme por aquí. Voy a por la diez. Tú sigue construyendo. Cada vez más cerca!
ResponderEliminarMuchísimas gracias por el apoyo constante!
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