Vuelve una cierta calma, vuelta a la carga
Toda lectura es un viaje, y siempre estaremos encantados de escuchar lo que le ocurre a alguien que emprende el camino y empieza a encontrarse con obstáculos y aventuras imprevistas que rompen con la normalidad.
Los refugios se asocian a dos conceptos casi opuestos: la supervivencia y el renacer emocional. Ambas situaciones tienen en común un parón, la detención de casi todo; y un cambio de vida, temporal o decisivo. También un desprendimiento de lo material y una demanda de lo esencial derivada de la huida o de la búsqueda de una mayor introspección.
Después de 10 años que dura la guerra de Troya, Ulises se embarca de regreso a su patria. Quiere llegar lo más pronto posible a Ítaca, sin interrupciones, pero son las interrupciones las que hacen que aquel viaje lleno de aventuras dure otros10 años. Sin esos obstáculos, siempre inesperados, que se presentan a cada paso, no habría historia que contar, y no existiría la Odisea. Y qué es la vida, la rutina, y nosotros, si no una odisea, sin interrupciones que nos hagan detenernos para poder seguir. Un viaje reincidente, emprendido de nuevo cada vez, a pesar de las penurias, los descalabros y las derrotas. Las aventuras convertidas en obstáculos van eslabonando el camino.
Pero a todo esto, atleta significa en griego, luchador. Descartes decía que era necesario detenerse al menos una vez en la vida para cuestionarlo todo y dudar. Correr, el deporte, cuestionarnos por qué lo hacemos, exige realmente ser sinceros y regresar a un origen, a un lugar de toma de decisiones primigenias. Correr es un acto de libertad silenciosa. Quizá ese sea de verdad el sentimiento común que unió y une desde siempre a todos los que se afanan en practicar la carrera: la posibilidad de pasar a otro plano, trascender a un espacio estrictamente personal donde el mundo, con toda su agitación, dolores y amenazas dejan de existir, En cierto modo, huir para permitirse ser uno, atenderse, escucharse. Cuando corremos, reivindicamos la importancia de escuchar los silencios, de fijarnos en aquello que suele pasar desapercibido; aunque llevemos música, podcast.. lo que queramos, la conexión la psique y pensamiento para con uno mismo es una realidad.
De esos pensamientos, nacen nuestros silencios; y nuestros llantos más profundos. Nunca más, nunca más. Lo repetía el cuervo implacable en el poema de Poe. Sin embargo, la advertencia de aquel pájaro fatal se desvanece una y otra vez: los nuncas y los siempres humanos son efímeros cual pluma al viento.
Somos el resultado de un momento de introspección que suele venir cuando resbalas y tienes que volver a levantarte y tienes que empezar de nuevo a recalibrar. Somos eso, aunque a veces no nos guste, pero somos las segundas, las terceras, las cuartas,... somos todas las oportunidades que nos damos. Vivimos por la esperanza de cada nueva oportunidad. ¿Dónde estoy? ¿en qué me he equivocado? ¿en qué me he convertido? Siempre se puede volver a empezar. Es la libertad interior la que te permite tomar decisiones al margen de todos los condicionantes de la vida.
Exige deshacerse de muchos clichés. En un conflicto lo importante es la interpretación que se hace de los hechos, detrás de cada interpretación hay una imagen de nosotros mismos, y esa imagen nos da seguridad. Lorca decía: "La piedra es una espalda para llevar al tiempo". Pretender analizar eso desde la objetividad no tiene sentido. La experiencia es algo muy importante, lo mas esencial para la vida según Aristóteles. Consiste en medir el error y no volver a cometerlo. Analizar toda situación desde un punto de vista objetivo sí, pero sin dejar de lado su contexto y circunstancia.
La libertad no consiste en hacer lo que uno quiere, sino en querer lo que uno hace. Querer lo que uno hace es reflexionar sobre ese querer, mas allá del deseo inmediato. Ahí entra la voluntad, que es distinta al deseo. La voluntad es querer desde la conciencia; ya que entregarse al deseo sin control también abre horizontes que no imaginamos, tanto en el aspecto positivo como en el negativo. Tanto en la vida como en entrenamiento, en la competición; en lo real y en lo soñado, debemos imaginar con conciencia. Tenemos que volver a la pregunta fundamental, qué debemos hacer. El primer paso es tomar conciencia de que hay muchas cosas que funcionan mal. Si nos sentimos impotentes, es porque aun podemos hacer algo al respecto, quitarnos la espina.
El cuerpo es menos capaz de funcionar sin relato que sin proteína. Sin una mínima guía que estructure nuestro día a día estamos perdidos. Nuestra psique es narrativa. Narrar, narrarnos, resulta imprescindible para orientar nuestra acción y situarnos en el tiempo. ¿Cómo puede ser que estemos tan vacíos que ni en sueños seamos capaces de inventar nuestro propio mundo? Pues sí, a veces ocurre. Pero los sueños, son una "dulce existencia", una ficción entendida como una herramienta necesaria que nos libera a los humanos de las limitaciones y dificultades del mundo real. Y es que el corazón tiene razones que la razón no entiende
De ahí nace el coraje: la gracia bajo presión, para decirlo como Hemingway, el don de hacer reír cuando uno sabe que se está jugando la vida. No creo que los seres humanos seamos capaces de nada mejor. El coraje constituye el único instrumento capaz de proporcionar calidez humana en circunstancias extremas. Y el coraje nos permite avanzar, y plantar cara a situaciones difíciles; a moldear lo que pudiera ser nuestro destino; porque sea cual sea, llegará; sea buscado o no. Borges escribió que "cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento: el momento en que uno sabe para siempre quién es". Siempre acabamos sabiéndolo, el momento siempre llega. Seguiremos buscando.
Y en esta búsqueda, en mi búsqueda es donde entra entre otras el deporte. La competición. El yo contra mí. Mi límite o pretender conocerlo.
Tras unos meses de verano que no fueron como me hubiera gustado por la lesión del tendón de Aquiles, a finales de julio pude darle la vuelta y empezar a competir por lo menos sin el miedo de la duda, la duda del dolor y de volver al bucle de lesiones que todo corredor teme. Porque no tenemos mayor miedo que no poder correr, no poder mantener nuestra forma y ver que vamos hacia atrás y no avanzamos. En muchos casos que conozco, y donde me incluyo, el deporte y su competición, es una guía, un señuelo que nos ayuda a lidiar con la rutina; y cuando nos quedamos sin esa marca de dirección, nos vemos perdidos y sobrepasados.
Pero bueno, llegó agosto y con ello dos semanas de vacaciones. La idea estaba clara: dos semanas de entrenar lo más posible, para en parte recuperar lo perdido y volver a un punto de partida que me permitiera afrontar septiembre a modo de escalada física, para empezar a ver una tendencia de ascenso en mi forma física y rendimiento. Por lo que, dormir-comer-entrenar y repetir. Eso sumado a un ambiente de calma, de muy poco estrés. me permitió recuperarme física y mentalmente y volver a la carga a mediados de agosto.
Las competiciones de septiembre serían varias, pero de vuelta de vacaciones... los que me conocen saben de mi pericia con el terreno técnico, y de esta manera, un esguince inoportuno volvió a dejarme tocado a finales de agosto. Esto me hizo replantearme el calendario de carreras de septiembre, apartando prácticamente todas las carreras "en línea" y centrándome en carreras de asfalto y kilómetros verticales; lo que me permitiría entrenar pero sin estresar excesivamente al tobillo.
De esta manera el 7 de septiembre compito en el Campeonato Navarro de 5km en Viana. Lejos de haberlo preparado, lo uso para ver mi punto de forma, en un circuito revirado y un día ventoso. 16:26 que me deja con bastante buen sabor de boca y un cuarto puesto. Una mala estrategia de carrera, en el km3 creyéndome más fuerte de lo que era, decido ponerme en segunda posición aprovechando un repecho, pero el esfuerzo es excesivo y hace que la última subida en el km 4 se me atragante y pierda posiciones, casi pidiendo la hora para llegar a meta. Hay que ser prudente.
Así, el día 13 vuelvo a correr en Aoiz, carrera de la Copa de Euskadi, en un recorrido nuevo pero que conocía en parte de otras ediciones. Había mirado el tiempo del ganador del año pasado, ya que no me encontraba del todo mal, y la idea era ir a por ello. Los primeros kilómetros se me atragantaron, viéndome en cuarta posición y viniéndome abajo mentalmente. Aproveché las subidas para colocarme segundo siempre con visión del primer clasificado. A mitad de carrera, en una bajada corredera de las que me gustan, pude apretar el pistón, reencontrar sensaciones y ponerme en cabeza. De ahí en adelante, cabeza fría y apretar los dientes hasta meta para entrar primero en meta en 1:57 para 22km y 1300m+.
De ahí el fin de semana siguiente venía caliente. Sábado Untzillaitz Zuzen, 2,7km +740m; donde con mucho sufrimiento pude subirme al segundo puesto del cajón. Esa misma tarde, viaje a la sierra de Madrid para reencontrarme con el KV de Abantos, monte donde empecé a correr y que me une emocionalmente, por lo que no podía faltar a la cita. Tras una noche no muy buena, un día espectacular aguardaba. Una salida lanzada, me veo en séptima posición y piensa que carrera del día anterior y la mala noche me pasan factura. Pero según avanza la carrera, ya pasados los 20' empiezo a coger ritmo, y me pongo en cuarta posición. Sabiendo que no tenía fuerzas para alcanzar al tercero, termino con otra medalla de chocolate y cierro un fin de semana que me llena de felicidad reencontrándome con viejos amigos.
Entrenamientos de agosto y septiembre y sus respectivas competiciones:
- 4-10 agosto: 430km bici (+6500m) //86km carrera (+2000m)//3h gimnasio
- 11-17 agosto: 300km bici (+5000m) // 104km carrera (+3500m) // 2h gimnasio
- 18-24 agosto: 110km bici (+1500m) // 85km carrera (+3000m) // 2:30h gimnasio) // 40' elíptica
- 25 agosto-31 agosto: 225km bici (+4200m) // 32km carrera (por un esguince) // 3h gimnasio // 3:30h elíptica
- 1 sept-7sept: 2:15h elíptica // 2:30h gimnasio // 90km carrera (+2500m) // 90km bici (+1500m)
- 8 sept.-14 sept: 110km bici (+1500m) //103km carrera (+3000m) // 2:30h gimnasio // 1:30h elíptica
- 15 sept.-21 sept.: 90km bici (1500m+) // 87km carrera (2500m+) // 2h gimnasio
- 22 sept.-28 sept: elíptica 1h // 160km bici (+3000m) // 110km (+2000m) //2:20h gimnasio
Y así, hablar de la persona que quiero ser, cada vez me cuesta más. Definirme cada vez me cuesta más. Alguien que intenta conocerse a cada paso, integrar sus luces y sus sombras, pero entender que soy ambas cosas. Canalizo todo eso y trato de transformarlo en cosas buenas para los demás, es lo que intento. Al tiempo que a veces tengo unos arranques de ira que no puedo, de momento, con ellos. Soy muy de rasgarme, de harakiri.
El rol de la filosofía es recordar que el ser humano no está destinado a una vida meramente empírica. Cualquier narración es una exploración de un camino no tomado. La ficción es "si yo fuera otros". La escritura es prestar atención a lo que la historia no termina de ver.
El primer paso es afrontar la vergüenza de reconocerse. En segundo lugar, analizar los pensamientos, emociones y comportamientos que perpetúan ese estado. Comprender por qué uno se siente así analizando si se está eligiendo bien como se invierte el tiempo. Transformar la experiencia, que incluya momentos de introspección, descanso, y creatividad. Se trata de aceptar, no conformarse y cambiar. Y se anda este camino, ¿Por qué se busca a Dios o porque se busca sentido? Al final es lo mismo. La búsqueda de quien busca a Dios, es la de que busca sentido. Y con o sin Dios, como lo queráis, pero buscar la esencia de la vida desde un punto de vista holístico, me motiva.
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